Plan de reflotamiento
Un plan de reflotamiento de empresas es un cuidadoso proceso que pone en marcha una organización con el objetivo de superar su estado de insolvencia financiera.
Enfoque cuidadoso y planificación detallada
No se concibe un plan de estas características sin una cuidada consultoría estratégica en la que se identifique dónde y cómo realizar una reestructuración operativa. Del mismo modo, para conseguir un buen plan que vuelva a poner a la empresa en una situación económica saneada. También es necesario mejorar la eficiencia y rentabilidad. Para ello, hay que adaptarse a los cambios del mercado y diseñar un plan en el que la ventaja competitiva destaque.
Una empresa en crisis se habrá reflotado, según la nueva ley concursal, cuando se supere de forma duradera la situación de insolvencia financiera. No obstante, hay que dejar claro que no esto no implica una insolvencia patrimonial; son conceptos distintos.
Sacar un negocio a flote es sencillo si se sabe cómo hacerlo
Gestionar una crisis empresarial necesita de objetividad, visión y mucha experiencia. Si una organización ha perdido rentabilidad, productividad y competitividad, hay que tomar cartas en el asunto.
Para ello, el proceso se debe abordar mediante un plan de viabilidad y una reestructuración financiera. Las opciones que se nos presentan en este momento son reflotar una empresa o salvar alguna parte y hacerla crecer.
Análisis de los signos de alerta
El mejor momento para plantearse un plan de reflotamiento empresarial es aquel en el que se pueda prever una situación de impago en menos de un trimestre. ¿Cuáles son los signos de alerta a los que hay que prestar atención?
- Reducción de ingresos o pérdida de clientes.
- Aumento de los costes operativos y disminución de la rentabilidad.
- Incapacidad para pagar a los proveedores a tiempo.
- Aumento de la deuda y dificultad para acceder a financiación.
- Reducción de la liquidez y necesidad de utilizar los activos a corto plazo para pagar las obligaciones a largo plazo.
- Pérdida de confianza de los inversores y disminución del valor de las acciones.
Llegados a este punto, es necesario tomar decisiones informadas en tres aspectos fundamentales:
- Reducir costes en todos los ámbitos, desde operaciones hasta costes de gestión, inventario, mejora de productividad…
- Diferenciación de productos. Hay que encontrar las diferencias frente a la competencia, realizar un análisis de mercado y mejorar la calidad de los productos.
- Potenciar el liderazgo. Se deberá optar por la ayuda de un equipo experimentado y ajeno a la organización para gestionar el cambio y poner el foco en la mejora de operaciones.
¿Es el momento de reformular el negocio?
En Strategik podemos asesorar y proponer medidas inmediatas a través de un plan de reflotamiento diseñado específicamente para una empresa. Con él, abordaremos las causas subyacentes de las dificultades financieras y tendremos el objetivo de restaurar la rentabilidad a largo plazo.
La manera de hacerlo es con un profundo y exhaustivo diagnóstico objetivo y profesional de la realidad empresarial. A continuación, se realizará un plan de viabilidad, se implementarán los cambios eliminando las prácticas que han llevado a la empresa a esta situación. Por último, se pondrá en marcha la etapa de crecimiento y consolidación de recursos.
Reducción de costes
Es una de las mejores medidas en las que podemos centrarnos. Sin embargo, es importante no bajar la calidad de los servicios o productos si queremos que tenga éxito.
- Analizar los gastos. No se trata de recortar gastos, sino de que sean eficientes. Tras estudiar cada uno, se está en mejor situación de tomar las decisiones adecuadas.
- Eliminar algunos productos. Puede suponer un gran efecto, pero deshacerse de los productos menos rentables es una práctica con la que mejorar. Se reducen costes y los esfuerzos se invierten en los servicios o productos principales.
- Proveedores. ¿Es posible cambiar de proveedores? Y si se hace, ¿nos mantendrán la calidad? En caso afirmativo, el cambio está justificado. En caso contrario, lo adecuado es abrir una vía de negociación.
- Ayudarse de la tecnología. Cada vez son más los programas informáticos que ayudan a las empresas a reducir costes. Por ejemplo, las videoconferencias ahorran muchos desplazamientos. También pueden utilizarse diferentes sistemas para regular el consumo de luz o aire acondicionado.
- Formación de empleados. Formar a los empleados supone un aumento de los costes. Sin embargo, no hay que considerarlo como un gasto, sino como una inversión que a largo plazo es muy rentable.
Plan de viabilidad
El plan de viabilidad es un documento que contiene la idea y la proyección de un negocio. Resulta clave para buscar financiación o inversiones. Por eso, cuando una organización está inmersa en un proceso de reestructuración, como el reflotamiento empresarial, resulta indispensable.
Al diseñarlo, se debe tener en cuenta cuál es el mejor organigrama posible para esa empresa. Hay que evaluar no solo el conocimiento del negocio y la experiencia, sino también las habilidades.
En Strategik disponemos de profesionales experimentados y muy preparados que pueden aportar al plan de reflotamiento y de viabilidad un punto de vista objetivo.
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