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En la terminología de las finanzas corporativas, no se pueden obviar las fusiones y adquisiciones de empresas o M&A (mergers and acquisitions). Esta estrategia de desarrollo empresarial de crecimiento consiste en la compra, asociación, participación o control de una empresa o sus activos. No obstante, los términos «fusión» y «adquisición» no son sinónimos. 

Diferencias entre fusión y adquisición de empresas

Las diferencias entre fusión y adquisición de empresas son notables, pero todavía hay quienes no las conocen bien. Hasta hace no mucho, este tipo de operaciones se reservaban a las grandes corporaciones. Sin embargo, dada la evolución del comercio y la tecnología, son cada vez más habituales y también afectan a empresas más pequeñas.

La fusión implica la mezcla o unión de dos o más compañías con la extinción de la personalidad jurídica de alguna. En cambio, la adquisición es el control total o parcial de una empresa por la participación; en este caso, ni los activos ni ninguna otra parte pierde su personalidad jurídica.

En la adquisición, una empresa de mayor envergadura compra otra más pequeña y esta termina por formar parte de la primera. Sin embargo, en la fusión ambas se unen y forman una única y nueva entidad. 

Ventajas y desventajas de las fusiones y adquisiciones empresariales

Tras una fusión o adquisición, se obtienen ciertas ventajas que están relacionadas con las sinergias que se derivan de la propia operación. Algunas de ellas son racionalizar los costes, por ejemplo, eliminando duplicidades o integrando componentes clave en la cadena de valor. El éxito de la operación dependerá del alcance global del negocio resultante y la integración de ambos equipos de trabajo sin que se produzcan problemas estructurales en el ámbito operacional y estratégico.

Por contra, los inconvenientes que producen este tipo de operaciones están relacionados con una investigación insuficiente de la compañía que se pretende adquirir o fusionar. La mayoría de fracasos se producen por la dificultad para integrar varias culturas en una nueva corporación. Esto puede hacer que no se superen los retos de la fusión y provocar fricciones insalvables que mermen el compromiso, la productividad y la implicación de los equipos en el proyecto.

Como consecuencia, son más habituales las adquisiciones que las fusiones. 

Tipos de fusiones y adquisiciones de empresas

Ambos son conceptos complejos y podemos diferenciar varios tipos de fusiones y adquisiciones de empresas. 

Tipos de fusiones de empresas 

Los motivos por los que se producen este tipo de operaciones están relacionados, principalmente, con ganar cuota de mercado y capacidad de negociación. Pero también con reducir costes, acceder a nuevos mercados, diversificar productos o servicios, internalizar procesos, obtener beneficios fiscales y mejorar su posición en el mercado.

Hay 3 modelos de fusiones empresariales que se utilizan con mayor frecuencia: 

  1. Pura. Se da cuando dos o más empresas de un tamaño similar deciden unirse para formar una nueva a la que aportan sus recursos y capital. Para ello, se disuelven las entidades originales. 
  1. Aportación parcial al activo. Una empresa o un conglomerado absorbe a otra. La que absorbe no cambia su personalidad jurídica o razón social, pero la absorbida sí. 
  1. Absorción. Una de las empresas que se fusiona solo aporta una parte de su capital. No obstante, se crea una nueva sociedad, pero cada empresa puede seguir existiendo de forma independiente de las otras. 

Tipos de adquisiciones de empresas

Los motivos que pueden llevar a adquirir una empresa son los mismos que ya hemos mencionado para las fusiones. Lo diferente es que, según el porcentaje de capital social adquirido y la forma en que se distribuya, obtendremos diferentes grados de control con esta operación.

Por otro lado, la empresa adquirida gracias a esta operación podrá conseguir la financiación necesaria para asumir el coste de un determinado proyecto o iniciativa que, de otra manera, no podría llevar a cabo.

Las fórmulas financieras que se emplean en estos casos son las siguientes: 

  1. Apalancamiento financiero o LBO. Consiste en financiar mediante deuda una parte importante del precio de adquisición. La deuda queda asegurada por la capacidad crediticia y el patrimonio del comprador, los activos de la empresa y sus futuros flujos de caja. Así, tras la adquisición, la ratio de endeudamiento alcanza valores elevados. Si la compra la hacen los directivos de la empresa a adquirir, estamos ante un MBO (management buy-out). Esto se suele hacer para poner a la empresa en la dirección adecuada. 
  1. Oferta pública de adquisición de acciones u OPA. Esto se produce cuando una empresa lanza una oferta de compra de parte o de todo el capital social a los accionistas de otra empresa. En el momento del cierre del acuerdo se deben establecer todos los elementos: participación, precio, futuro de los trabajadores… 

Cuando llega el momento, es necesario saber escoger entre fusiones y adquisiciones de empresas. Y es que cada empresa es única y necesita un análisis pormenorizado en todas las áreas antes de tomar una decisión. Por ello, otra de las opciones que se puede valorar es una consultoría, para saber cuál es el mejor camino a transitar.